viernes, 13 de mayo de 2016

Olvidamos y seguimos respirando.

El dolor nos afecta a todos. Ser humano es sentir dolor. Es sufrir. Es respirar. Y chillar de pánico y a veces de placer. Vivir es sufrir, y aunque pueda ser muchas otras cosas, nunca olvides que el sufrimiento es la base de toda tu existencia porque sino eres capaz de asumirlo estás perdido.
Mi vida merece ser vivida y disfrutada. Merezco mi derecho a la vida. Pero al igual que yo, europea con derechos, lo merecen todos los pertenecientes a otros continente, u a otras religiones. Tú, quien quiera que seas, mereces una vida disfrutada. Mereces tu respiración y mereces tu sonrisa. Mereces despertares y anocheceres. Mereces exprimir la felicidad tanto como yo. Pues ambos nacimos sin elegir donde lo hacíamos.
Tú, no mereces morir entre sufrimiento sólo por pensar distinto a como lo hago yo. Te mereces escuchar a tu grupo favorito en directo, emborracharte, hacer el amor con alguien a quien ames, adquirir conocimientos... Pero a diferencia de mi, tú, según otras personas que si se regocijan en esas acciones, no mereces ser persona ni tampoco vivir (o al menos intentarlo).
Nosotros, los hombres, somos los que verdaderamente creamos el mal. Hay quien nace con él, un pequeño porcentaje si lo comparas con la cantidad de personas que no lo hacen. Y luego hay otras que lo generan. Y no hablo de un terrorista que mata a sangre fría, que también, sino de aquellos que provocaron ese mal por el que ahora se mata.
El odio generado por los hombres sólo puede ser solucionado por nosotros mismos. Ya que el dolor es para todos. Y sufre tanto como yo un sirio cuya vida para nosotros vale menos. Sufre el atentado. Sufre el maltratado. Sufre el humano incomprendido. Sufre aquel que está marginado.
Y no entiendo como siendo todos habitantes de este bello planeta, capaces de inventar armas, máquinas, drogas, capaces de llegar a la luna, no somos capaces de algo todavía más sencillo y natural como es amar a quien tenemos al lado, pues decir "bienvenido" nunca sonó tan falso.
Hoy, hace 6 meses de la tragedia francesa, pero tan sólo horas de que murieran iraquíes a manos de las mismas personas.
Hoy denuncio que la vida ha de tener el mismo precio para todos aquellos enemigos del mal.
Hoy reclamo que amemos y sanemos, que se cierren los abismos de este infierno.
Hoy exclamo que el peor diablo es el hombre y que el más efectivo ángel son nuestros corazones.
Hoy te pido a ti, que lees esto, que no trates de vivir tu vida esquivando la tragedia del vecino.
Hoy te pido que asumas que el sufrimiento es compartido.
Hoy te digo, que el terrorismo es cosa nuestra y que sólo con tu ayuda podemos pararlo.
Hoy te pido que dejes de odiar callado para empezar a luchar gritando.

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