sábado, 12 de noviembre de 2016

Amistad.

Amistad, ¡qué gran tesoro!
Por la noche sueño contigo
y durante el día reluces como el oro.
No importan los días,
tampoco los años,
permaneces a mi vera.
Como si de un tronco se tratara,
firme, segura y duradera.
Distante cuando es propicio,
pero siempre alejándome del precipicio.
Amistad y cariño son la suerte del que apuesta,
el premio del que vive y el regalo
del que entrega.
¿Qué más bonito habrá en esta vida dolorosa
que los ojos de un verdadero amigo?
¿Qué lugar para el refugio
más seguro que su abrigo?
Oh, amigo, oh amistad, no me dejes,
no te vayas, pues sin ti hay soledad.
Pero confío en que tras la vida,
si experimentamos esa  sentida despedida,
nos una la muerte,
pues es amigo el que contigo vive,
y es amigo el que donde esté, siempre se siente.

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